Parece que este año la cosa está muy empatada. Ojeando blogs y prensa especializada en cine, parece que Birdman es la favorita, puesto que a
bastantes espectadores Boyhood les ha parecido aburrida. Ambas han obtenido
hasta el momento importantes premios que ponen de manifiesto el reconocimiento
de la crítica y de los profesionales del medio.
Además de tener en común que ambas tienen un subtitulo
precedido de un nombre propio que comienza por b: “Birdman. La inesperada virtud de la ignorancia”
y “Boyhood. Momentos de una vida”, también son dos películas que han roto con
lo que se venía haciendo hasta ahora, son novedosas en su forma, aunque de una
manera diametralmente opuesta. Podemos decir que mientras una va de lo simple a
lo complejo, la otra va de lo complejo a lo simple.
Si Birdman se compone de un solo falso plano secuencia con muchos trucos digitales, Boyhood está casi desprovista de cualquier truco, incluso de uno utilizado desde el principio de los tiempos, es decir, utilizar distintos actores para representar las distintas fases vitales de un único personaje.
Si Birdman se compone de un solo falso plano secuencia con muchos trucos digitales, Boyhood está casi desprovista de cualquier truco, incluso de uno utilizado desde el principio de los tiempos, es decir, utilizar distintos actores para representar las distintas fases vitales de un único personaje.
Un rodaje de doce años con actores comprometidos con el
proyecto, nos hace ver el crecimiento de un niño desde su etapa preescolar
hasta la universitaria, ver y comprender cómo cambia su familia y sus circunstancias y cómo
evolucionan todos los personajes.
La película puede parecer larga, tres horas, pero teniendo en cuenta la cantidad de metros de celuloide rodados me parece un auténtico milagro de montaje.
La película puede parecer larga, tres horas, pero teniendo en cuenta la cantidad de metros de celuloide rodados me parece un auténtico milagro de montaje.
Aludiendo a una frase de Birdman, diré que ambas películas
tratan “Emociones humanas complejas”, pero que mientras una lo hace a base de
momentos catárticos, la otra utiliza la simplicidad y la sutileza.
No quiero desmerecer una película que te tiene en constante
tensión como es Birdman, un film varias veces calificado como “comedia negra”. Particularmente yo no la disfruté así. Desde
el comienzo se masca la tragedia, apenas reí. El tema me apasionó, pero la
forma me distrajo quizás demasiado.
Mi apuesta es por la sutileza de Boyhood. Me consta que los
muy cinéfilos la saben apreciar. Veremos que pasa en la noche del domingo.
Al final no puedo compar, pero creo que entre la tensión y la sutileza, en un entorno academicista, casi seguro ganara la sutileza...
ResponderEliminarMe parece que en las apuestas va ganando Birdman. La sorpresa sería que no se lo dieran a ninguna de las dos, que también puede pasar.
ResponderEliminarPues acabo de ver Whiplash y no me extrañaría que fuera la sorpresa, peliculón! Me ha gustado más que estas dos que ya son joyitas.
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