Translate

viernes, 20 de febrero de 2015

¿Boyhood o Birdman? (Noche de los Oscars)

Parece que este año la cosa está muy empatada. Ojeando blogs y prensa especializada en cine, parece que Birdman es la favorita, puesto que a bastantes espectadores Boyhood les ha parecido aburrida. Ambas han obtenido hasta el momento importantes premios que ponen de manifiesto el reconocimiento de la crítica y de los profesionales del medio.
Además de tener en común que ambas tienen un subtitulo precedido de un nombre propio que comienza por b:  “Birdman. La inesperada virtud de la ignorancia” y “Boyhood. Momentos de una vida”, también son dos películas que han roto con lo que se venía haciendo hasta ahora, son novedosas en su forma, aunque de una manera diametralmente opuesta. Podemos decir que mientras una va de lo simple a lo complejo, la otra va de lo complejo a lo simple.
Si Birdman se compone de un solo falso plano secuencia con muchos trucos digitales, Boyhood está casi desprovista de cualquier truco, incluso de uno utilizado desde el principio de los tiempos, es decir, utilizar distintos actores para representar las distintas fases vitales de un único personaje.
Un rodaje de doce años con actores comprometidos con el proyecto, nos hace ver el crecimiento de un niño desde su etapa preescolar hasta la universitaria, ver y comprender cómo cambia su familia y sus circunstancias y cómo evolucionan todos los personajes.
La película puede parecer larga, tres horas, pero teniendo en cuenta la cantidad de metros de celuloide rodados me parece un auténtico milagro de montaje.
Aludiendo a una frase de Birdman, diré que ambas películas tratan “Emociones humanas complejas”, pero que mientras una lo hace a base de momentos catárticos, la otra utiliza la simplicidad y la sutileza.
No quiero desmerecer una película que te tiene en constante tensión como es Birdman, un film varias veces calificado como “comedia negra”. Particularmente yo no la disfruté así.  Desde el comienzo se masca la tragedia, apenas reí. El tema me apasionó, pero la forma me distrajo quizás demasiado.
Mi apuesta es por la sutileza de Boyhood. Me consta que los muy cinéfilos la saben apreciar. Veremos que pasa en la noche del domingo.